En Venezuela, los hijos de Fidel y Chávez
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Cuando la delegación cubana entró en uno de los salones del aeropuerto internacional Simón Bolívar vibró de emoción. Decenas de coterráneos y de amigos la esperaban, allí era una más, igual que ellos, igual que cada uno de los venezolanos en cualquiera de sus barrios.
Entonces ocurrió algo tan familiar y tan especial, tan cercano y tan mágico, que solo la expresión de unos de los lugareños puede justificar: «Ha llegado un hermano». Cerca de las 4:30 p.m. de este sábado, el avión de Conviasa —aerolínea bandera de Venezuela— que nos trajo a este país tocó tierra con la representación de la Mayor de las Antillas al 18vo. Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes (CLAE), y poco después se vivieron los minutos iniciales de un acto de recibimiento marcado por el entusiasmo.
Algunos ya habían tenido el privilegio de conocer la tierra de El Libertador. Pero para mí, es esta la primera vez en que podré constatar lo que he escuchado o leído acerca de lo que acontece en una nación que se empeña en consolidar los sueños de justicia y dignidad de su gente. Antes del encuentro con las laderas de la gran urbe y los cerros caraqueños, allí nos «abrazó» el amor sincero, la simpatía natural, la alegría del hermano y la auténtica solidaridad de los pobladores.
Justo en ese espacio no faltaron las banderas de Venezuela y Cuba ni tampoco los acordes de aquella canción de Silvio: Si tengo un hermano, que se mezclaron con el saludo de los jefes de las once misiones cubanas en Venezuela, que encabeza Julio César García Rodríguez; del equipo de la Embajada, al frente del cual se encuentra Rogelio Polanco Fuentes; Rogelio Álvarez Acosta, jefe del grupo trabajo nacional; así como representantes de las organizaciones estudiantiles venezolanas anfitrionas de esta edición del CLAE.
Al darle la bienvenida a la delegación, Kenny Morales, vicepresidente de la Federación Venezolana de Estudiantes Universitarios, agradeció la posibilidad de contar en la mayor concentración estudiantil de América Latina y el Caribe, con la experiencia y el aporte de los cubanos. «En Venezuela están los hijos de Chávez y Fidel, el baluarte más firme de libertad, un ejército capaz de librar importantes cruzadas».
Sobre la trascendencia de que Venezuela sea la sede expresó que hoy no hay país que tenga mejores condiciones creadas que esta nación para desarrollar un evento revolucionario de gran magnitud, y puso énfasis en el esfuerzo desplegado por los anfitriones, el cual ha hecho posible realizar esta cita.
«Estamos seguros de que este encuentro será una oportunidad de diálogo e intercambio de ideas para juntos avanzar en nuestras luchas». Con esas certezas nos trasladamos —ya entrada la noche—hasta el hotel ALBA Caracas, donde se alojará hasta el día 25 próximo —cuando termine el CLAE— la delegación antillana que junto a la de Guatemala, Ecuador y Brasil fueron las primeras en tocar suelo bolivariano y fundirse en un gran abrazo con quienes han resistido.
Atrás habían quedado 2:35 minutos de viaje, desde que Yenisey Cruz Cantero, segunda secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, nos despidiera en la terminal 5 del aeropuerto internacional José Martí de La Habana, y nos encargara: «contribuyan con sus ideas y experiencias a consolidar la unidad de la Patria Grande y del movimiento estudiantil de la región».
En esas ideas vi meditar a algunos en nuestro trayecto hasta la Patria de Bolívar, Chávez y Maduro; otros reflexionaban sobre los días que les esperaban en este cita regional, y aquellos —los del pasillo— compartían no pocas jaranas, pues este también es un lugar de encuentros y de nuevas amistades.
Recuerdo ahora cuando uno de los miembros de la tripulación preguntó cómo nos sentíamos y la respuesta de ¡Bien! alta y clara lo llevó a asegurar, poco después, que se veía en esa energía. Y es que aunque los minutos de viaje trascurrieron «lentamente», superado el ascenso, la densidad fue rota por la alegría estrepitosa y el patriotismo.
Son esas las energías que se han de compartir en este 18vo. CLAE. Por eso este domingo será un día de mucho simbolismo para la delegación cubana. Iremos al encuentro con Bolívar y Martí, y también con Chávez, allí en el Cuartel de la Montaña, para junto a los héroes enarbolar sus preceptos sobre la necesaria unión de todos los pueblos de este continente, la voluntad de integración del movimiento estudiantil y el sentimiento antimperialista de las nuevas generaciones.