Fidel
Soldado de las Ideas
Molina Franchossi, Gabriel
Che Guevara caracterizó a Fidel en la apasionante carta de despedida que inflamó a todos, como el estadista indómito de la Crisis de Octubre en 1962. Ese espíritu insumiso se irguió otra vez en 1963, de modo no menos dramático, durante la primera visita que hizo Fidel a la Unión Soviética, donde el pueblo moscovita lo recibió en las calles con desbordado entusiasmo.
Robert Kennedy nunca olvidará “el frígido tono” de J. Edgar Hoover, director del FBI, para comunicarle el apocalíptico suceso del asesinato de su hermano, el Presidente de EEUU.
A la una y 45 de la tarde del 22 de noviembre de 1963, Hoover telefoneó al Secretario de Justicia en su residencia de Hickory Hill: y le dijo “tengo noticias para usted, el presidente ha sido tiroteado”. Veinte minutos después volvió a llamar para decir: “el Presidente ha muerto.” Y colgó enseguida.
En la madrugada del 22 de octubre de 1963 arribó el mercante Aracelio Iglesias a Orán, la segunda ciudad de Argelia, al noroeste del país, para desembarcar la columna que fue transportada por vía férrea en 42 planchas y 12 vagones, unos 80 km, al fuerte construido por la Legión Extranjera en Bedeau, cerca del poblado de Ras-el Ma.