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Unidad, la máxima del Che en Las Villas

El Pacto de El Pedrero fue trascendental para emprender operaciones conjuntas en la región. Foto: Tirso Martínez
El Pacto de El Pedrero fue trascendental para emprender operaciones conjuntas en la región. Foto: Tirso Martínez

Дата: 

01/12/2023

Источник: 

Periódico Granma

Автор: 

Desde que el 16 de octubre de 1958 el Che llegó a territorio villareño, tuvo referencias acerca de la división creada entre los diferentes grupos alzados en la provincia, donde operaban agrupaciones guerrilleras genuinamente revolucionarias, pertenecientes al Directorio (DR), el Movimiento 26 de Julio y el Partido Socialista Popular (PSP), hasta el llamado Segundo Frente del Escambray, en el que coexistían elementos honestos con una dirección francamente contrarrevolucionaria.
 
Ante tales circunstancias, para el jefe de la Columna No. 8 Ciro Redondo no había tarea más importante que lograr la unidad de las fuerzas que combatían a la tiranía en la región. Para derrotar la desunión, tan pronto como pudo se entrevistó con Víctor Bordón Machado, quien lideraba las fuerzas del Movimiento 26 de Julio, y con Faure Chomón Mediavilla, jefe de la columna del Directorio Revolucionario 13 de Marzo.
 
Tal conducta respondía a la correcta interpretación de las orientaciones dadas por el Comandante en Jefe Fidel Castro, el 12 de noviembre de 1958, cuando al referirse a las tropas rebeldes destacadas en esa provincia, orientó recabar el apoyo de las demás fuerzas revolucionarias que allí combatían.
 
Fue así como el primer día de diciembre de 1958, después de algunas reuniones previas, en las que participaron el Comandante Guevara y Ramiro Valdés por el Movimiento 26 de Julio, y Faure Chomón, Rolando Cubela y Humberto Castelló, por el DR, fue firmado el documento conocido como Pacto de El Pedrero, un importante paso para el curso futuro de la Revolución Cubana, con lo cual se propinaba un fuerte golpe a los planes divisionistas de algunas de la fuerzas radicadas en la zona, en especial las del ii Frente Nacional del Escambray.
 
En su contenido podía leerse: «Estamos conscientes de nuestro deber con la patria y en nombre de los postulados revolucionarios de Frank País y José Antonio Echeverría llamamos a la unión a todos los factores revolucionarios, e invitamos a las organizaciones que poseen fuerzas insurreccionales en el territorio para que se adhieran públicamente a este llamamiento, coordinando su acción en beneficio de la nación cubana».
 
Solo la inteligencia de un hombre como el Che pudo enfrentar las adversas circunstancias y lograr la firma de aquel manuscrito, al cual se adhirió, días más tarde, el Partido Socialista Popular, y con el que se propiciaba la necesaria unidad política y militar resumida en la histórica frase contenida en el pacto: «Unir es la palabra de orden, juntos estamos dispuestos a vencer o morir».
 
Con su rúbrica, se daba continuidad a la línea de acción establecida por Fidel y José Antonio Echeverría en la Carta de México, redactada el 29 de agosto de 1956, documento en el que se reiteraba que ambas organizaciones –Movimiento 26 de Julio y Directorio Revolucionario– habían decidido unir sólidamente su esfuerzo en el propósito de derrocar la tiranía y llevar a cabo la Revolución Cubana.
 
A partir de aquel momento, y tras la derrota de la ofensiva lanzada por las huestes batistianas contra los rebeldes alzados en las montañas del Escambray, la columna del Che y el resto de las fuerzas revolucionarias iniciaron la Campaña de Las Villas, epopeya que dio el golpe de gracia a la oprobiosa tiranía, que ante los avances rebeldes en Oriente y la histórica Batalla de Santa Clara, se vio obligada a claudicar.