Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto homenaje a la Brigada "Julio Antonio Mella", primera en cortar un millón de arrobas de caña en la V zafra del pueblo, en Guines, el 3 de marzo de 1965
Fecha:
Compañeros de las tres brigadas que han llegado al primer millón de arrobas;
Compañeras y compañeros del regional Mayabeque y de la ciudad de Güines:
Los compañeros que hoy son aquí recibidos y homenajeados, se han ganado ese derecho al realizar lo que se puede llamar una verdadera proeza en el trabajo.
La importancia que tiene el hecho de que una brigada de 32 hombres haya llegado, antes de finalizar el mes de febrero, a producir un millón de arrobas de cañas cortadas, se puede comprender mejor si decimos que nuestro país se propone llegar a alcanzar para el año 1970 zafras de 10 millones de toneladas de azúcar, siendo el problema de la fuerza de trabajo uno de los factores limitantes más difíciles de superar, puesto que hoy las oportunidades de trabajo para los ciudadanos de nuestro país son tantas que ya no ocurre lo de antes, que en todas las zafras se movilizaban cientos de miles de trabajadores que no tenían empleo para hacer la zafra; incluso no podían cortar toda la caña que querían, porque muchas veces los que aspiraban a cortar caña eran más de los que se necesitaban, y en consecuencia el trabajo que se les asignaba estaba muchas veces por debajo de lo que podían hacer y deseaban hacer.
Hoy es todo lo contrario. Los hombres cortan tanta caña cuanta sean capaces de cortar.
Y así, el hecho de que 32 hombres corten un millón de arrobas significa que con 3 500 brigadas como esta se podría cortar toda la caña que se necesita para hacer una zafra de 10 millones de toneladas de azúcar, con menos de 120 000 cortadores de caña.
Lo que estos hombres están probando es que nuestro país con una cifra no superior a 120 000 hombres, casi casi pudiera decirse que con una cifra de 100 000 hombres que fuesen trabajadores tan eficientes como ellos, podríamos cortar toda la caña que se necesita para producir 10 millones de toneladas de azúcar. Estos hombres están dando un ejemplo extraordinario, y nos están enseñando a todos, le están indicando a todo el pueblo las posibilidades extraordinarias que tiene nuestro país con el trabajo.
¿Y quiénes son esos hombres que han cortado el primer millón? ¿Acaso 32 colosos de la mocha? ¡No! Ninguno de ellos es un coloso de la mocha. ¿Acaso hombres que estén en plena juventud, de 18 a 20 años? ¡No! Debemos tener en cuenta que si ninguno de los 32 es un coloso de la mocha, la brigada entera sí es un formidable coloso de la mocha, porque todos, los 32, fueron capaces de cortar, en tiempo tan breve, una cifra tan alta.
¿Cuáles son sus promedios? No piensen que sus promedios son de 1 000, de 800, de 700. ¡No! ¿Cuáles son sus promedios? Cuatrocientos noventa y seis, 462, 452, 513, 503 —me estoy refiriendo a cada uno de ellos—, 491, 491, 478, 612. Solo hay uno que tiene más de 600, y algunos pocos que tienen más de 500; muchos que tienen más de 400, y algunos que no llegan a las 400 arrobas. Y, sin embargo, alcanzaron el primer millón, resultado del esfuerzo coordinado, resultado del esfuerzo colectivo, del entusiasmo colectivo, de la disciplina en el trabajo, de la dirección de la brigada, del espíritu de los compañeros.
Edades: hay ocho cortadores —entre esos 32— que tienen más de 50 años; ocho que tienen de 40 a 50; nueve que tienen de 30 a 40; y solamente siete que tienen de 20 a 30 años. Su promedio de edad es de 36 años.
Y como ustedes saben el duro esfuerzo físico que hay que hacer para cortar la caña, constituye un mérito extraordinario que una brigada de trabajadores con ese promedio de edad haya cortado ya un millón de arrobas y se propongan cortar el segundo millón.
Es decir que el éxito de estos compañeros obedece al esfuerzo colectivo.
Y en esta cosa de los récords hay que destacar algunos casos individuales de trabajadores que, aunque no pertenecen a las brigadas triunfantes, han hecho esfuerzos verdaderamente extraordinarios.
Por ejemplo, aquí tenemos un pequeño récord de cómo fue aumentando la cifra máxima de caña alzada por un obrero con una alzadora; el día 15 de enero en una jornada de ocho horas, el obrero Basilio Sánchez Marteo, operador de la máquina alzadora, brigada "Julio A. Mella", granja San Nicolás, regional Mayabeque —precisamente de la brigada triunfadora—, alzó 18 416 arrobas (APLAUSOS).
Este récord duró hasta el 26 de enero, en que el obrero Rolando Cordero, operador de la máquina alzadora, brigada "Julio A. Mella", central "Miranda", provincia de Oriente, alzó en ocho horas 19 964 (APLAUSOS).
Este récord duró hasta el día 7 de febrero, en que el obrero Isidro González, operador de la máquina alzadora, granja "Rigoberto Pérez Leyva", provincia de Las Villas, en una jornada de ocho horas alzó 22 091 arrobas (APLAUSOS).
Antes el obrero Ramón Frómeta... No, posteriormente otro obrero llegó a 20 000 arrobas, aunque no superó la cifra anterior, el obrero Ramón Frómeta, operador de la máquina alzadora granja "Marcelino Castañeda", provincia de Camagüey.
El día 15 de febrero en una jornada de nueve horas, el obrero Félix Vera, operador de la máquina alzadora brigada "Lenin", granja "Carlos Manuel de Céspedes", Florida, provincia de Camagüey, alzó 25 912 arrobas (APLAUSOS).
Este récord duró hasta el 22 de febrero, en que el obrero José M. Lima, operador de la máquina alzadora brigada "Lenin", granja "Camilo Cienfuegos", Pedro Betancourt, provincia de Matanzas, en una jornada de siete horas y 57 minutos alzó 31 153 arrobas (APLAUSOS).
Este récord duró hasta el mismo día 22 de febrero, en que el obrero Rolando Ravelo Bauta —aquí fueron dos obreros— y Antonio Vita, operadores de la máquina alzadora, granja "Heriberto Orellana", Sancti Spíritus, en una jornada de siete horas y 57 minutos alzaron 32 776 arrobas (APLAUSOS).
Y este récord duró hasta el 27 de febrero, en que otra vez el obrero Félix Vera, que anteriormente había alcanzado 25 912, operador de la máquina alzadora brigada "Lenin", granja "Carlos Manuel de Céspedes", Florida, Camagüey, en una jornada de nueve horas y cuatro minutos alzó 34 704 arrobas (APLAUSOS). Que es el récord de caña alzada por un operador en estos instantes.
Y para tener una idea de la magnitud de ese esfuerzo, debe tenerse en cuenta que la norma de las alzadoras es de 7 000 arrobas. Este obrero ha adquirido una habilidad tan extraordinaria que ha alzado cinco veces la norma de un día.
Entre los cortadores también se destacan una serie de obreros, como el obrero Tomás Olmo, machetero de la brigada "Camilo Cienfuegos", granja "Enrique Nodas", Calimete, provincia de Matanzas, que está promediando desde que comenzó la zafra 800 arrobas diarias.
Tomás Torres, machetero de la brigada "Camilo Cienfuegos", granja "Enrique Nodas", Calimete, provincia de Matanzas, está promediando desde que comenzó la zafra también 800 arrobas diarias.
Fidel Mejías, machetero de la brigada "Camilo Cienfuegos", granja "Enrique Nodas", Calimete, provincia Matanzas, está promediando desde que comenzó la zafra 800 arrobas.
Juan Sarmientos, machetero de la brigada "Quintín Banderas", del regional de Holguín, está promediando desde comenzó la zafra 894 arrobas.
Esteban Cabrera Pérez, machetero de la brigada "Camilo Cienfuegos", granja "Enrique Nodas", provincia de Matanzas, está promediando desde que comenzó la zafra, en jornadas de 10 y 12 horas, 954 arrobas.
Graciliano Rondón, machetero de la brigada "Félix Rojas", granja "José Díaz", Holguín, provincia de Oriente, está promediando desde que comenzó la zafra 994 arrobas.
Teodoro Mergares, machetero de la brigada "Lázaro Acosta", granja "Hermanos Almeida", Jovellanos, provincia de Matanzas, está promediando desde que comenzó la zafra 1 200 arrobas (APLAUSOS).
José Mora López, machetero de la brigada "Lenin", granja "Carlos Manuel de Céspedes", Florida, provincia de Camagüey, desde que comenzó la zafra está promediando, en jornada de nueve horas, 1 200 arrobas (APLAUSOS).
Héctor Torres, machetero de la brigada "Lenin", granja "Camilo Cienfuegos", Pedro Betancourt, provincia de Matanzas, en los últimos 11 días de enero cortó un promedio diario de 1 340 arrobas (APLAUSOS).
Gracias a este entusiasmo, a este esfuerzo extraordinario, la molienda marcha a un ritmo magnífico. El segundo millón de toneladas de azúcar se produjo en un plazo de 20 días, dos días antes de la fecha estimada. Y el tercer millón, que estaba señalado para el 22 de marzo, al ritmo de la molienda en estos momentos, se alcanzará el 18 de marzo (APLAUSOS).
Esto significa que para esa fecha tendremos que marcar la meta del cuarto millón, etcétera. Y seguiremos millón por millón mientras quede una caña en pie. Y todo parece indicar que no va a quedar ni media caña en pie... (UNA COMPAÑERA DEL PUBLICO LE DICE: "Fidel, ¿que dirá el imperialismo?") ...como no sea la caña de primavera tardía, que la vamos a guardar para el año que viene.
En este año las alzadoras están rindiendo mucho más que el año pasado, consecuencia de la mayor experiencia de los operadores; y el hecho de que se logren cifras tan altas es muy alentador.
De la misma manera ocurrirá con las máquinas combinadas de cortar caña, con las 500 que tenemos, con las que adquiriremos el año que viene, en que por lo menos durante dos años habrá que adquirir también esa experiencia y superar las pequeñas deficiencias que tienen.
Es decir que estos hechos señalan que la aspiración de producir 10 millones de toneladas de azúcar no es de ninguna manera un imposible para nuestro pueblo. Para llegar a 10 millones, en los años venideros será necesario poner el esfuerzo principal en la industria, puesto que ya para el año que viene estaremos en el límite máximo de nuestra capacidad industrial, y tendrá que marchar parejamente el desarrollo de la industria con el desarrollo de las plantaciones de caña.
Una compañera me preguntaba qué diría el imperialismo. Eso mismo nos preguntamos todos: ¿Qué dirá el imperialismo?
Porque ya salió un periódico norteamericano revelando esta especie de inquietud del imperialismo, puesto que la esperanza de ellos era que el pueblo fracasara. No estaban los místers, no estaban los Lobos —aunque todos ellos eran lobos—, no estaban los Fallas —aunque todos ellos eran fallas—, ni todos aquellos hacendados, todas aquellas inteligencias; y ellos se decían: "¿Cómo van estos ignorantes a echar adelante la industria azucarera, cómo va ese pueblo analfabeto a sustituirnos a nosotros, a tomar la dirección de las plantaciones y de las fábricas?" A través de sus pupilas egoístas todo obrero era un ignorante, todo obrero era un incapaz, todo obrero era un esclavo sin talento ni virtudes.
Y no fue fácil, costó trabajo; es cierto. Y tampoco era fácil porque no es como antes, que los dueños americanos de muchas fábricas de azúcar podían obtener cualquier pieza de repuesto para cualquier camión, para cualquier carreta, para cualquier tractor, para cualquier locomotora, para cualquier maquinaria del central. Esa no era la situación de nuestros obreros.
Ellos no tenían al alcance de la mano, no podían adquirir con la misma facilidad esas piezas.
A pesar de que la mayor parte de los tractores eran americanos y la mayor parte de las locomotoras, de las máquinas y de los equipos eran americanos, y no lo podían resolver llamando por teléfono a Miami, ese pueblo que ellos consideraban incapaz, ese pueblo que ellos llamaban inculto y analfabeto, aprendió a leer y a escribir; mas no solo aprendió a leer y a escribir: aprendió —una gran parte de ellos— el 1ro, el 2do, el 3ro, el 4to, el 5to, el 6to; y hay incluso ya obreros que están matriculados en la universidad. Aprendieron a leer y a escribir, y aprendieron a plantar la caña, y aprendieron a dirigir los centrales, y aprendieron a producir azúcar, y aprendieron a cortar un millón de arrobas en apenas dos meses (APLAUSOS).
¿Qué dirán los imperialistas? ¿Qué será de sus esperanzas, de sus esperanzas de que la Revolución se hundiría en las ruinas? Y qué mejor prueba que este mismo año, en que el azúcar ha tenido los precios más bajos de los últimos 20 ó 30 años, y sin embargo los obreros cañeros están ganando más. ¿Qué habría significado esto en el pasado? ¿La lucha por los 10 millones de toneladas? ¡No! La lucha por limitar la producción, por producir menos azúcar y más desempleo; menos salarios para los trabajadores.
Hoy la economía se mira de otra manera: si el azúcar es lo principal, no importa su precio; el pueblo remunera generosamente a los que cortan la caña. No hay limitaciones de zafras, sino zafras ilimitadas, lo que constituyó siempre el sueño de todos nuestros trabajadores cañeros, de todos nuestros campesinos, de todo nuestro pueblo. No hay rebajas de salarios; hay más salarios. No hay menos cuota de caña a cortar por obrero; hay más cuota, toda la que quieran, toda la que puedan.
Y no es solo la caña, no solo marchamos bien en la caña. Hoy se publicaron las cifras del plan avícola, y que ascendieron no a 60, sino a 73 millones de huevos producidos (APLAUSOS), ¡producidos en un mes de 28 días! Y el mes que viene, que es el mes de más alta postura, rebasarán esa cifra; y se mantendrá muy alta por lo menos en los meses de marzo, abril y mayo, en que se irá aproximando la etapa de menos postura, pero pensamos que ni aún en la etapa de más baja postura baje este año la producción, en ningún mes, de 60 millones. Pero, por si acaso, llevamos una amplia ventaja de 70 para arriba (APLAUSOS).
Ya esto nos permite distribuir 30 huevos per cápita para cada cortador de caña (APLAUSOS); tienen derecho hasta 30 huevos per cápita si los desean. Ellos están haciendo el mayor esfuerzo; necesitan la mayor cantidad de proteínas, de calorías y de nutrientes en general.
Pero también en una provincia ya se puso por la libre. ¿Qué provincia? Una provincia que estaba recibiendo... Hay tres zonas del país que todavía están recibiendo menos carne que las demás, y esta situación durará hasta enero del año que viene; estas son Pinar del Río, La Habana interior y Oriente.
Entonces, en Pinar del Río se puso por la libre; no era una provincia muy grande. Se mandó a aumentar ya la cuota a las ciudades de Oriente a 12 huevos; es una provincia más grande, y hay que actuar en esto de manera que cada nuevo aumento se consolide. Es posible que terminada la zafra, esto que se está enviando por machetero, se utilice para elevar a 18 en las ciudades de Oriente, en La Habana interior —en que también será aumentado a 12 ya este mes—; y Pinar del Río, que era un poco más chiquita, se benefició con su tamaño.
De todas maneras, lo que se ha visto es que, en general, no aumenta mucho... En algunos pueblos de Las Villas se han puesto por la libre y no se compran más de 10. Es decir que estamos muy cerca de las necesidades máximas. Y es seguro que se puede elevar en esas tres provincias que tienen menos consumo de carne todavía. Hay en este momento 4 100 000 gallinas poniendo, estatales (APLAUSOS). Casi casi una gallina por cada consumidor, y una gallina de alta postura, porque hay que añadir a todo lo que se distribuye por persona lo que se distribuye en hospitales, instituciones, escuelas, centros de becados, restaurantes. Esto sin contar la producción de los pequeños agricultores.
¿Qué país de América Latina tiene en estos momentos una gallina Leghor de alta calidad poniendo por cada consumidor? Y el año que viene vamos a elevar un poquito el número de gallinas a unos cuatro millones y medio, para ya ver si los sacamos de la libreta; esto dependerá del consumo. Pero se está trabajando para elevar a cuatro millones y medio. Y en el 1967 entraremos en una producción más grande de pollos. Ahora el pienso y los recursos que tenemos los destinamos principalmente a gallinas ponedoras.
Y no es solo la avicultura: los frutales. Se están haciendo grandes plantaciones y se están atendiendo los frutales, de manera que el próximo año pensamos tener tres veces más cítricos ya. Y no es solo los frutales, sino también las viandas, que tenemos el compromiso de ponerla por la libre (EXCLAMACIONES DE: "Papas").
En papas hemos tenido unos 500 000 quintales más ya, y el año que viene se tendrá un millón de quintales por encima de lo producido este año; pero no será solo papa: entre Oriente y Camagüey se van a sembrar unas 1 000 caballerías de plátano este año (ALGUIEN LE DICE: "La malanga, Fidel"). La malanga ¡en cantidad!; un buen número de caballerías más. Eso, aparte de que también el pequeño agricultor está incrementando considerablemente sus siembras, por la confianza y la fe que tienen en la Revolución.
Y no es solo todo eso, sino que este año se construirán 2 000 nuevas lecherías (APLAUSOS). Cierto que no serán vacas de muy alta producción de leche, pero serán las abuelas de futuras vacas con muy alta producción de leche. Y, mientras tanto, con muchas de ellas produciremos mucha leche; habrá un incremento de más de medio millón de litros, puede ser de 600 000 ó 700 000 litros en todo el país, aunque desgraciadamente las dificultades más grandes las tenemos donde hay mayor concentración de población, como es en occidente.
Y si nuestra población crece a razón, digamos, de unos 250 000 niños que nacen, o más —nadie sabe—, es el hecho de que prácticamente nuestra producción se está incrementando a mucho mayor ritmo que el aumento de población. Mientras lo que ocurre en la mayor parte de América Latina es que crece más la población que la producción de alimentos, nuestra producción de alimentos en estos instantes marcha a un ritmo mucho mayor que el ritmo de crecimiento de la población, aunque la población crece vertiginosamente.
Y, en fin, en todas las ramas de la producción alimenticia surge el incremento. ¿Qué dirán nuestros enemigos? ¿Qué dirán los imperialistas? ¿Qué será de sus esperanzas? ¿Qué podrán hablar los pocos gusanos que por ahí quedan (EXCLAMACIONES), ante la marcha arrolladora del pueblo, ante la marcha victoriosa de la Revolución, no con promesas sino con hechos? Ya en la educación nos hemos situado entre los primeros países del mundo, ya en la asistencia médica estamos también entre los primeros, y no tardaremos en estar también entre los primeros en la alimentación. Y después de la alimentación, el calzado y el vestido; y después la vivienda.
Pero se irán resolviendo las necesidades esenciales de nuestro pueblo en el orden material y cultural. Se desarrolla la educación física y el deporte parejamente con la instrucción y la cultura general del país; se desarrolla la cultura técnica del pueblo con el estudio, miles y miles de nuevos jóvenes ingresan en nuestras universidades, en nuestros centros de enseñanza tecnológica, en nuestros centros preuniversitarios. ¡Eso no lo puede detener nadie, eso no lo podrá impedir nada, eso lo sabremos defender, sencillamente porque tenemos algo que defender! (APLAUSOS)
Y así trabaja y así lucha un pueblo. Y mientras nosotros aquí trabajamos para crear, ¿qué hacen los imperialistas? Trabajar para destruir, movilizar a todos sus lacayos, movilizar a todos los vendepatria del continente, al sindicalismo amarillo, a los dirigentes vendidos a los patronos, para bloquear a Cuba, para boicotear los barcos de los países que comercian con Cuba, para boicotear la Revolución de los trabajadores y los campesinos.
Eso es lo que hace el imperialismo: corromper, llevar a los seres humanos al peor grado de abyección y, además, a lo absurdo: países subdesarrollados, explotados, sin escuelas, sin hospitales, sin trabajo, sin desarrollo económico, movilizados sus gobiernos títeres y los sindicalistas amarillos para imponer un boicot. Y eso sí es el colmo: países subdesarrollados boicoteando el comercio del cual necesitan para vivir, del cual necesitan esencialmente para no perecer de hambre. A que absurdo los gobiernos títeres y reaccionarios, y los imperialistas, llevan a los pueblos, a las naciones, contra sus intereses más esenciales, porque naturalmente eso no es cosa de pueblo. Dondequiera que en América Latina hay un dirigente obrero, revolucionario, un verdadero defensor de la clase obrera, ese siempre estará contra los boicot, ese siempre estará con la Revolución.
Los mujales que quedan en el continente, los Cofiño que quedan en el continente, ¿y quién se acuerda de su oficio? Esos que aquí también, mientras luchaba el pueblo y mientras morían sus mejores hijos, le hacían homenajes a Batista, estaban al servicio de los hacendados y de los imperialistas, convertidos en millonarios, pero no de arrobas cortadas sino de dinero extraído del sudor de los trabajadores.
Sin embargo, eso no impidió la Revolución, como los mujales de Venezuela y otros no impedirán la victoria de los heroicos revolucionarios venezolanos (APLAUSOS). Recordamos eso que se dice popularmente: "que no hay nada más socorrido que un día detrás de otro". Y ya les llegará la hora de rendir cuenta de sus fechorías.
Mientras los pueblos que se liberan trabajan, ¿qué hacen los imperialistas? Destruir y matar, como hacen en Viet Nam del Sur (EXCLAMACIONES), como hacen en Viet Nam del Norte, perpetrando fechorías que no tienen nada que envidiarles a las fechorías "hitlerianas", realizando bombardeos masivos contra un país con el cual no están en guerra, ametrallando y bombardeando ciudades: primero, inventando pretextos, diciendo que como represalia; después, ya no como represalia, sino sistemáticamente.
Bien que conocemos a los imperialistas yankis, bien que los sabemos chantajistas, calculadores. Primero empezaron con las violaciones del espacio aéreo, después siguieron con los llamados ataques de represalia, después empezaron a emplear sus aviones a chorro contra el movimiento liberador en Viet Nam del Sur; y ahora, ya quitándose lo poco que les quedaba de careta, no como represalia, sino sistemáticamente, bombardean a Viet Nam del Norte. ¡Indigna ver estos hechos!
Y así el imperialismo se llena de oprobio y se gana el odio universal, la condenación universal, y se quedan cada vez más solos en su papel de bandidos internacionales, de criminales internacionales, de criminales de guerra. Porque, ¿qué es eso de lanzar 160 aviones contra un pueblo pequeño, lanzar ese tipo de ataques impunes que han de preocupar hondamente a todos los pueblos?
Pero nosotros conocemos bien a esos imperialistas, porque recordamos "La Coubre", recordamos Girón, recordamos los asesinatos de brigadistas adolescentes, de maestros, recordamos sus criminales y cobardes ataques, recordamos sus fechorías frente a las cuales hemos tenido que defendernos y tendremos que defendernos largo tiempo.
¡Sentimos no estar más cerca de Viet Nam del Norte para ayudarlos con todo lo que tuviéramos (APLAUSOS PROLONGADOS), para mandarles cuantas antiaéreas pudiéramos mandarles, cuantos aviones pudiéramos mandarles con pilotos y todo para que no pudieran seguir atacando impunemente! (APLAUSOS)
Porque a los imperialistas es necesario demostrarles que no se les tiene miedo (APLAUSOS); porque a los imperialistas los conocemos bien, bien, y sabemos que si no encuentran resistencia siguen y siguen: hoy una cosa y mañana otra; pero cuando encuentran resistencia firme se detienen (APLAUSOS).
Sabemos que son unos miserables chantajistas, unos vulgares gánsters internacionales, que les gusta matar impunemente; y, por tanto, hay que hacerles pagar el precio de sus crímenes.
¡Y si quieren matar, que mueran también! (APLAUSOS)
La paz es necesaria, la paz es necesaria, pero la paz para todos, la paz para todos los pueblos; porque el resto de la humanidad no tiene derecho a vivir tranquilamente, mientras perece en holocausto imperialista un país pequeño (APLAUSOS).
Así es como pensamos nosotros. Y estamos seguros de que Viet Nam del Norte no estará solo frente a los crímenes del imperialismo, sabemos que es un pueblo heroico y que pertenece, además, al campo socialista (APLAUSOS). Y todos los países socialistas tenemos el deber inexcusable de apoyarlos y de ayudarlos con todo lo que tengamos a nuestro alcance (APLAUSOS).
También nos enseña el caso de Viet Nam que no debemos bajar la guardia (EXCLAMACIONES DE: "¡Nunca!"), que nuestras armas debemos mantenerlas en estado óptimo; pero, sobre todo, más que las armas el espíritu siempre alerta (APLAUSOS), la decisión y la voluntad inextinguible de luchar y de defendernos.
Conocemos bien a los imperialistas, por eso tomamos nuestras medidas, por eso cuidamos nuestras armas, por eso adoptamos todas las medidas necesarias frente a cualquier ataque de este tipo, traicionero. ¡Y los imperialistas saben que aquí hay un hueso duro, duro, duro que roer en esta isla! (APLAUSOS)
Como todo el mundo ve, nos dedicamos al trabajo. La Revolución se hizo por el país y por el pueblo, la Revolución se hizo para el bienestar del pueblo; por ese bienestar trabajamos y luchamos, por ese bienestar nuestros obreros cortan millones de arrobas. Ese es el fin de la Revolución. Pero lamentablemente existen bandidos en el mundo, lamentablemente existe el imperialismo en el mundo, cuyas garras acechan tratando de destruir lo que hagamos. Mas esto no nos desalienta.
Trabajamos por crear, trabajamos por progresar, trabajamos por una vida mejor. Pero esa vida mejor nunca nos ablandará, esa vida mejor nunca nos hará egoístas y nunca nos hará cobardes, porque esa vida mejor por la que luchamos la queremos tener con la frente en alto y con la dignidad por delante (APLAUSOS).
¡Y no queremos riquezas sin dignidad, no queremos progreso sin dignidad, no queremos bienestar sin dignidad! (APLAUSOS)
Solo sabemos que somos capaces de crear ese bienestar, como también sabemos que estamos dispuestos a defender ese bienestar, como también sabemos que primero sacrificamos el bienestar que la dignidad y que la libertad (APLAUSOS).
Construye escuelas el pueblo porque se quiere que todos reciban la luz de la enseñanza, construye hospitales y lucha tenazmente por salvar cada vida del país; sin embargo, la vida de todos estamos dispuestos a sacrificarla por defender nuestra causa, por defender ese derecho al porvenir, por defender nuestra libertad, por defender nuestra dignidad.
Los imperialistas han de saber, pues, que el progreso no nos hará menos revolucionarios, que las victorias económicas no nos harán más blandos. ¡Y ahora tendrán que tragarse no solo la Revolución, sino la Revolución triunfante! (APLAUSOS), no solo la Revolución, sino la Revolución que avanza económicamente a pesar de su bloqueo, la Revolución que triunfa, la Revolución cuyo paso acelerado de avance se convertirá cada vez más en un ejemplo, en la misma medida en que la verdad no pueda ser ocultada, en la misma medida en que el hambre crezca en otros pueblos. ¡Y tendrán que aceptarla porque no les queda otra alternativa, porque somos un pueblo firme, un pueblo unido, un pueblo combativo, un pueblo trabajador, un pueblo valiente, un pueblo invencible! (APLAUSOS)
Por eso ninguna palabra se pronunció aquí más adecuada y mejor que la del compañero jefe de la brigada triunfadora cuando dijo que no solo sabían cortar caña, sino también empuñar el fusil (APLAUSOS). Y eso quiere decir que hay hombres capaces de cortar un millón de arrobas de caña y, a la vez, combatiendo y peleando por la patria, son capaces de matar un millón de invasores mercenarios.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)